Los factores desde mi punto de vista son siempre fundamentales. Esta lubina fue pescada a finales de verano un día de esos en los que la bajamar es sobre las 22.00 horas , día de nube, no sabes muy bien si te va llover o no y si se pone echa a temblar. La mar perfecta un metro largo pasado, perfecta para pescar con pulpo, una buena frecuencia. De esos días suele haber muy pocos en verano y cuando se dan estos factores es raro que no vaya a tentar a las lubinas por la zona, de Argüero que es donde vivo ya tengo la casa a tiro de piedra del pedrero.
Como tenía pensado volver antes de oscurecer me lleve a mi hijo Álvaro, el cual siempre está dispuesto acompañarme a pescar.
La zona donde nos pusimos a pescar es una zona que la conozco perfectamente ya que con su misma edad, ya bajaba a pescar con mi padre y la familia, de echo el nombre que tiene es el CUENADAL DE RAMIRO dicho nombre viene porque, Ramiro que era mi bisabuelo, tenía una cantera de piedra y montes que dan al pedrero.
El fondo suele ser de arena y piedras con laminaria, no es siempre igual ya que con los temporales de invierno y primavera cambia, pero si tiene arena a finales de primavera hay arena todo el verano, de todas las caladas que hay siempre pesco en la misma a una piedra que aflora a bajamar, no hay que lanzar mucho pero si saber a donde tiene que caer el pulpo siempre a su sobra.
Fue caer en el sitio y decir si no la hay aquí hoy no la hay en todo el Cantábrico. Como decía anteriormente las condiciones eran inmejorables. No había pasado ni dos minutos le paso la caña a mi hijo para que vaya aprendiendo a tenerla en la mano cuando me dice que le esta picando no le hice mucho caso ya que estaba preparando otro tentáculo de pulpo, le comento que tiré y es cuando veo la caña en escuadra, me pasa la caña todo nervioso y que lo saque yo que él baja a por ella al agua, fueron unos minutos preciosos de lucha, me gusta cansarlas por fuera para cuando veo que salen a flote estas se ponen de lado está rendida, es cuando le pasé otra vez la caña para que la sacara él, cuando están tan casadas son igual que tablones en el agua van a donde tu digas con la caña, lo único que tenía que hacer era mirar por donde la quería sacar.
Como suele ser habitual volvimos a lanzar otra vez a ver si por un casual andaba la pareja por la zona pero esta vez no pudo ser, en otra entrada hablaré de ello y lo que me ocurrió.
Antes de oscurecer nos marchamos para casa ya que tenía unas ganas de enseñar su primera lubina en casa. Fue una jornada especial para él, pero lo que guardo en mi cabeza es lo de siempre esos factores meteorológicos para pescar que influyen y mucho en las jornadas puede que un día no se pesca, pero suelen ser los que menos, con una mar con unas determinadas condiciones, el día no tiene que ser de esos de sol, bajamar de tarde, esta zona en concreto requiere esas condiciones puede que con otras pesques no lo discuto pero normalmente es lo contrario.
El fotógrafo no fue muy sutil que digamos recortando la lubina y sus dedos .
Un saludo y nos vemos por el pedreru